El 2 de octubre de 2019, después de que el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, anunciara una serie de medidas económicas para aplacar la crisis en la que se encuentra el país. Una gran parte de la población se dirigió a las calles para manifestarse contra el decreto que, entre otras medidas, eliminaba el subsidio al combustible. Esta política económica alteraría las formas de vida de los sectores menos privilegiados. Por estas razones, las comunidades indígenas que también son las más empobrecidas, junto con otros sectores sociales como el transporte, los trabajadores y los estudiantes. Protestaron durante 13 días en las calles.

Para el 4 del día, se estableció una congregación de varias comunidades en el emblemático Parque Arbolito. Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, el saqueo en algunos sectores del país y el enfrentamiento de toda la sociedad, sumieron al país en una gran incertidumbre que concluyó con la derogación del decreto. Las protestas que dejaron 11 muertos y un gran descontento social.

Esta fue una demostración en la cual las mujeres y la comunidad tomaron un papel muy importante. Para mí, era esencial entender esta protesta no solo desde la línea de batalla sino desde la fuerza interna de quienes ejercen su derecho legítimo a protestar.